Los buenos no ganan siempre...

Da igual cuánto tiempo pase, ninguna persona que viva en el planeta Tierra olvida aquel 31 de mayo 2018, ya que lo cambió todo. Si alguien que no estuvo en aquel momento presente en Wakanda no lo olvida, imaginaos los que estuvimos allí. Después de tantos años siempre hemos confiado en nuestros héroes, pero no sabíamos lo que la llegada de aquel alienígena llamado Thanos, del cual advirtió Hulk, provocaría. 

Thanos no buscaba otra cosa que la gema de la mente, que Visión tenía clavada en su frente. Dada la situación, el Capitán América sugirió ir a Wakanda, ya que era el único lugar en la tierra con un avance tecnológico lo suficientemente rápido para poder sacar la gema de Visión sin matarle. Así fue como los Vengadores llegaron a Wakanda y se unieron a nuestro ejército para enfrentar a los invasores alienígenas. 

Visión

Aquella batalla comenzó de un momento a otro; mirar al cielo ya no era en busca de libertad o esperanza, sino que era ver lentamente más cerca una guerra. Veíamos caer naves, una detrás de otra, alrededor de la cúpula, mientras nuestro ejército cogía sus posiciones de batalla, el orden de evacuación ya había sido dado, esto comenzaba.  

“Estando todos allí, vimos alejarse al Capitán América, Viuda Negra y al rey de Wakanda T´Challa. Creo que en ese momento todos pensamos que con suerte ese día no llovería sangre. No tuvimos que esperar mucho para verlos volver, entonces todos supimos que arriesgaríamos nuestras vidas para salvar el planeta”. Así definía la situación uno de mis compañeros del ejército.  

En aquel montón había gente que era directamente del ejército y otra que sabíamos lo que hacíamos, pero éramos simples voluntarios, personas que teníamos otras labores; yo era periodista, aunque en aquel momento me volví guerrera. Sin embargo, mientras la gente abandonaba la ciudad, me preguntaba por qué no había decidido huir, y en las caras de mis compañeros voluntarios veía que se hacían la misma pregunta. 

De un momento a otro una horda masiva de alienígenas diseñados para matar comenzó a chocar y atravesar la cúpula que nos suele proteger. En aquel instante vimos al apoyo aéreo acudir; en nuestra posición solo veíamos explosiones, pero si girabas un poco la cabeza veías la intención de rodear la cúpula. Dada la situación y el peligro que hubiera sido que se fueran por detrás, se decidió abrir la cúpula. 

“¡Wakanda por siempre!” Ese gritó creó que lo tenemos grabado en nuestras cabezas cada uno de nosotros, ya que fue lo que dio comienzo a aquella gran batalla por nuestra parte. Era duro ver sangre, ver cómo da igual cuántos de los suyos morían, los nuestros también caían por igual. Veía los nervios del momento hasta en el rey T´Challa, quien me acuerdo de que pedía rapidez en el laboratorio, él sabía que sería difícil de lograr ganar. 

El rey Wakandiano dando la orden

Cada uno de nosotros estábamos en problemas, hasta los Vengadores. Incluso llegó un momento en que se complicó todavía más, dado que entraron los líderes del bando alienígena, ya no eran solo máquinas de matar, sino seres conscientes de un verdadero objetivo. Pero no estaba todo perdido; eso lo intuimos en el momento que un rayo de luz brillante descendía del cielo, nosotros desconocíamos si eso era nuestra salvación o nuestra perdición. 

De repente, de aquella luz surgió un hacha, matando así un gran número de aquellos alienígenas; era de los nuestros. Seguí con la mirada el hacha y cuando volvió a su propietario no era otra persona que Thor, acompañado de un mapache y un árbol. Dada la situación, tampoco me cuestioné demasiado sus acompañantes, solo me fijé en la cara de alivio de todos mis compañeros, quizás volvíamos a tener una oportunidad. 

Thor junto a Rockey y Groot al llegar

En aquel momento, todos estábamos muy divididos, cada uno luchaba su batalla. Por un lado, se veía a Thor enfadado, con truenos por todo su cuerpo, pero conversando con el Capitán América. Por otro lado, me acuerdo de ver al Soldado de invierno junto aquel mapache colaborando, resulta que se llamaba Rocket e intentaba comprarle el brazo de hierro. 

Todos aquellos momentos, junto a mi pelea de aquel instante, se vieron interrumpidos por una gran elevación de la tierra, algo venía. Surgía de la tierra una máquina gigante y el rey solamente gritaba: “¡Retiraos ahora mismo!” Recuerdo ver a algunos de mis compañeros correr y a otros morir. Mientras tanto, los héroes intentaban parar aquellas ruedas que había lanzado la máquina. 

En aquel desastre no muy lejos de mí, vi a la Bruja Escarlata caer del cielo y desviando la trayectoria de las ruedas, salvándome así a mí y a algunos de mis compañeros, pero sobre todo a Viuda negra y Okoye. No nos dimos cuenta de lo que significaba que Bruja Escarlata estuviera allí hasta que a lo lejos vimos caer del edificio del laboratorio a Visión con algún ser más.  

Escuché a los héroes que alguno tenía que acudir mientras las bestias seguían peleando contra nosotros. Wanda hizo el amago, pero cayó al suelo casi asesinada por la líder del otro bando, Proxima Midnight. Desde lejos se veía como Viuda Negra y Okoye la salvaban, era admirable su dedicación a aquel combate. En algún momento consiguió poner a Viuda negra entre las cuerdas, hasta que Wanda la salvó. Aquello me devolvió a la realidad, y así concentrarme en el combate continuo en el que todos nos encontrábamos. 

Mientras aquello sucedía, en el aire se veía a Bruce en aquel traje de Ironman volar en ayuda de visión; yo, por otro lado, decidí correr de la batalla para ver si podía ayudar en algo allí. A lo lejos se escuchaban explosiones, los Vengadores estaban consiguiendo derribar varias de las naves. Cuando llegué, ya era tarde muchos de los héroes ya habían acudido en la ayuda, y yo por miedo o por no molestar decidí quedarme escondida, quizás un acto de débiles, pero era la mejor opción. 

Thanos, el verdadero líder de todos aquellos alienígenas, acababa de llegar, las piernas me temblaban y ahí ya decidí del todo que yo sería un estorbo y me mantuve escondida. Wanda, hundida en lágrimas y desesperación tuvo que matar a Visión, por el bien del mundo; mientras aquello sucedía, los Vengadores combatían, pero ninguno de ellos conseguía resultados. Cuando Thanos llegó hasta Visión, ya era tarde, habíamos ganado, pero a qué precio, o eso es lo que pensé. 

Cuando todo parecía haber finalizado, Thanos afirmaba entender a Wanda, en su dolor y desesperación. En aquel instante, nos dimos cuenta de que no había servido de nada el sacrificio, la gema del tiempo hizo que Visión volviera, y así pudo obtener la gema de la mente. Para nuestra suerte, en el momento más oportuno llegó Thor, clavándole el hacha en el pecho, matándolo lentamente. De repente cuando volvía a parecer que todo acababa, Thanos recitó sus últimas palabras: “Deberías haber ido a por la cabeza” seguido de un chasqueó de dedos y desapareciendo.  

Thanos y Thor

Finalmente, vimos caer el hacha al suelo, para mí, fue como si todo ocurriese a cámara lenta. Algunos de los héroes que estaban en aquella escena comenzaban a desaparecer, a volverse polvo. Visión estaba en aquel suelo, muerto. Nadie entendía que estaba sucediendo, lo único que tenía claro era que habíamos perdido. 

Después de aquel chasquido resulto que el cincuenta por ciento de la población del universo acababa de desaparecer, millones de seres de toda la galaxia acababan de perder a sus seres queridos. En nuestro caso, la tierra, era un peligro, habría que reorganizar absolutamente todo, la política, puestos de trabajos, pero lo más importante nuestras vidas... 

Aquella batalla lo cambió todo, la fantasía en la que vivíamos de que los héroes de que el bien siempre ganaba sobre el mal habían desaparecido. Pero esta imagen ya no era cruel solo para cada uno de nosotros, por perder a familiares, amigos y conocido. También era cruel para los héroes, que a partir de ese momento se sentirían culpables por no haber podido ganar aquella batalla. Después de esa imagen grabada en mi mente, jamás podría culparle a nadie más que al verdadero culpable, además de que aun que perdiesen, estaré agradecida eternamente a los héroes por arriesgarlo una vez más.